Abstract

Leyendo El demonio de la depresión de Andrew Solomon, me he encontrado con una definición sobre la enfermedad que me ha llamado mucho la atención. El autor se refiere a la depresión como una grieta en el amor: para ser criaturas que amamos, debemos ser criaturas que nos desesperamos por lo que perdemos, y la depresión supone el mecanismo de esa desesperación. Como cuando escucho un buen chiste, he pensado: «esta frase me la guardo». Aunque poco tiene de divertido el percibir cómo va aumentando el atractivo de un objeto a medida que este se aleja. Hasta cuando me quitaron los brackets noté un incómodo vacío en la boca, y eso que estaba deseando deshacerme de los hierros.

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